
Trilogía La calle del terror (Fear Street: 1994, 1978, 1666)
Netflix apostó por la fórmula de la nostalgia con la serie ‘Stranger Things’, transportándonos a la década de los 80 y añadiendo una sucesión de homenajes de aquel cine fantástico. Ahora intenta repetir la fórmula en formato cinematográfico con el terror (y sobre todo el slasher) con ‘La trilogía de La calle del terror’ (Fear Street). Para mí, una grata sorpresa de esta plataforma.
De las Pesadillas de R.L. Stine a La calle del terror
La trilogía está basada en la serie de novelas de ‘La calle del terror’ escritas entre 1989 y 1999 por R.L. Stine, el autor de los libros ‘Pesadillas’ (‘Goosebumps’). Las novelas de ‘La Calle del Terror’ era para un público más adolescente (o young adult, como se dice ahora) que el de ‘Pesadillas’, que eran para chavales más jóvenes. En esta nueva serie de libros había más muertes, y bastante más sangre. Pero no sólo las películas están basadas en esta serie de libros, sino en todo su universo de terror.

En un principio la trilogía se quería estrenar en cine, con un mes de diferencia entre cada una de las películas. Al final, se han emitido por Netflix a una película semanal.
Las tres películas están enlazadas en trama, lugar, y algunos personajes. Aunque cada una transcurre en un año diferente: 1994, 1978, y 1666. Como bien indica el año, no es muy difícil ver qué tipo de terror nos ofrecerán.
Si algo tiene ‘La calle del terror’, y no lo oculta, es que nos encontraremos homenajes, o tributos, al cine de terror, sobre todo en las dos primeras partes, centradas más en el slasher. La tercera se acerca más al folk horror, con la trama de la brujería e invocaciones del diablo. Esto último es lo une a las tres películas: el terror sobrenatural de la maldición que hay en el pueblo, y la figura de una mujer a la que condenaron por brujería 300 años atrás.

Leigh Janiak (‘Honeymoon’) dirige la trilogía con un buen ritmo, con algunos buenos momentos de suspense, y algunas set pieces de terror interesantes. Y, además, nos regala sangre, muertes, y gore. Aunque también hay que añadir que no van a faltar los típicos jump scares: sombras que pasan por delante de la pantalla, siluetas en la habitación de fondo, y otros sustos gratuitos. ¿Pero acaso no se ha hecho en otras películas de terror?
También se ha actualizado el tono, modernizándolo para llegar a un público joven, haciendo que sea ese cine que quieren ver a solas, con sus amistades, o parejas. En resumen, no verlo con sus padres. Así que no sólo es un producto para los “no tan jóvenes” que buscan una película nostálgica. Uno de los peros de la trilogía es el filtro Netflix. Ese tipo de cámara y cinematografía nos puede recordar a un episodio largo de ‘Stranger Things‘. Aún así, vale mucho la pena en el cine de terror.
La banda sonora de toda la trilogía de ‘La Calle del Terror’ corre a cargo de Marco Beltrami (‘The Faculty’, ‘The Thing 2011’, ‘Blade II’). Muy acertado este compositor, ya que fue quien hizo la banda sonora de la saga de Scream.

La calle del terror — Parte 1: 1994
«En 1994, un grupo de adolescentes descubre que los brutales asesinatos que aterrorizan Shadyside desde hace generaciones podrían estar conectados. Ahora les toca plantar cara al poder maligno que asola su ciudad desde hace siglos.»
En 1994 es donde comienza la trama central de la trilogía. El inicio ya deja claro que bebe del slasher de los 90, especialmente del que resucitó el subgénero del terror, ‘Scream’, de Wes Craven. Ya en su prólogo, con el asesino de la máscara (en este caso una carabela), la llamada de teléfono, el uso la cámara lenta mientras la víctima huye, y la forma de morir, es igual al inicio de la primera parte con Drew Barrymore. Aquí también será el asesinato de una actriz que casi es más famosa que el resto del reparto. En este caso, Maya Hawke (‘Stranger Things’, ‘Érase una vez en… Hollywood’).

Después de este asesinato, descubrimos que no es algo aislado. El pueblo de Shadyside ha tenido diferentes casos de asesinatos en serie durante muchos años. Por otra parte, el pueblo vecino, Sunnyvale, es apacible, no hay delitos, y es excesivamente happy. Eso sí, son todos unos pijos de cuidado que les gusta mantener las formas de cara a la galería. La rivalidad entre ambos pueblos se lleva arrastrando desde hace años, tanto a nivel social como económico.
Cuando un grupo de adolescentes empieza a investigar que hay detrás de estos nuevos asesinatos, descubrirán que quizá tenga que ver una maldición de hace 300 años. Por lo que parece comenzó en 1666, cuando el pueblo condenó y ahorcó a una mujer, Sarah Fier, por brujería. Lo que parecía una simple leyenda, se convierte en algo real.

En ‘La calle del terror: 1994’ sí que nos encontramos con ese slasher de los 90, pero también habrá componentes sobrenaturales. Fuerzas mágicas, maldiciones, posesiones, y asesinos en serie que han vuelto del más allá. Los asesinos van desde el enmascarado con hacha, pasando por un niño con un bate, o una chica vestida para la noche de una graduación de los años 70.
Después de la primera muerte hay que reconocer que pasa bastante tiempo hasta la siguiente, pero no decae el ritmo. A mitad de la película irá en aumento, y hay muertes brutales que sorprenden. Uno de los asesinatos más espectaculares parece sacado de ‘Intruder’ (Scott Spiegel, 1989). En este ENLACE puedes verla… si quieres.

Las actuaciones son bastante correctas. A muchos de ellos los veremos siguientes partes, incluso interpretando otros personajes, aunque sus roles sean parecidos.
La calle del terror — Parte 2: 1978
«En 1978, el campamento de Nightwing está dividido en campistas que vinieron del pueblo de Shadyside, y monitores que vinieron del próspero pueblo de Sunnyvale. Cuando una oleada de asesinatos arrasa el campamento a raíz de un mal que une ambos pueblos, estos dos grupos deberán unirse para resolver un misterio terrorífico.»
‘La calle del terror: 1978’ continúa justo después de la primera parte. Los supervivientes van a pedir ayuda a la única que sobrevivió a la matanza que tuvo lugar en 1978 en el campamento de Nightwing. Al parecer, esta mujer tiene mucha información sobre la maldición, y dónde puede estar enterrado el cuerpo de la bruja. A través de un flashback, veremos aquellos acontecimientos.

Ya con el título, y que ocurra en un campamento, nos tiene que preparar para lo que va a venir. Nos encontramos con bastantes clichés, y un asesino, del slasher tipo ‘Viernes 13’, ‘Campamento Sangriento’ o ‘Burning’. Vigilantes del campamento teniendo sexo, algunos muy capullos y cayendo bajo golpes de hacha, y como no, una final girl. Diversión sangrienta asegurada.
Hay más muertes, y son más generosas en sangre y violencia, que en la anterior parte. E incluso asesinan a algún prepuber, aunque esas muertes son fuera de pantalla.

Me ha gustado bastante esta segunda parte. Quizá porque me gusta más el slasher de los 70 y 80 y el propio entorno donde transcurre la película. También porque el misterio se va desvelando, y el cliffhanger que nos lleva directamente a 1666 me ha molado.
La calle del terror — Parte 3: 1666
«Deena, a través de los ojos de Sarah Fier, descubrirá la verdad de lo que ocurrió en 1666, y como aquella caza de brujas tuvo estas consecuencias letales durante siglos. Está en manos de los jóvenes de 1994 poner fin a esta maldición.»
En la tercera parte de La calle del terror nos vamos al año del origen de la maldición: 1666. Allí Shadyside y Sunnyvale todavía no existen, y sólo es un pequeño pueblo colonial llamado Union (curioso el nombre, sin duda). Deena, la protagonista, vivirá los últimos días de vida de Sarah Fier.

Un terror empieza a asolar el pueblo: la comida se pudre, los animales se comen sus crías, y después tiene lugar un atroz asesinato a manos del reverendo.
La ignorancia y el miedo hará que se le eche la culpa a Sarah Fier y a otra chica por sus comportamientos “pecaminosos”. O sea, simplemente porque se quieren y las vieron besarse. Esto llevará a una huida, persecuciones, echarse la culpa unos a otros, asesinatos, magia negra, hasta que vemos (al igual que Deena) cómo acaba Sarah Fier.

Parte del tono de la película se acerca al folk horror (alguna cosa de ‘The VVitch’ con esos animales que se comportan raro, y el tono de la fotografía), y también tiene la trama de las cazas de brujas que se daban tanto en aquella época.
La segunda mitad de ‘La calle del terror: 1666’ vuelve a transcurrir en 1994, y cómo Deena se ha encontrado con la sorpresa de por qué existe esta maldición. Ahora, juntos a sus amigos, tiene que buscar una forma para acabar con ella.

El cierre de la trilogía ha estado muy bien. Tiene momentos de suspense, sorpresas, y todo es acorde con la trama y tono que hemos visto en las dos primeras películas. Aunque se eche de menos un número más alto de muertes brutales con cuchillos, hachas y rebanar cabezas, quizá estarían fuera de lugar en la parte que transcurre en 1666.
Conclusión
La Trilogía de La calle del terror la he disfrutado de principio a fin. Es cine de terror para adolescentes que funcionan muy bien para cualquiera que le guste el género. Tienen sangre y gore, una trama muy interesante mezcla muy bien el slasher con el terror sobrenatural, y algo de folk horror.
Este formato de película semanal, como si fuera una trilogía cinematográfica serializada, ha sido uno de sus aciertos. Creo que es una manera para que no sea simplemente un producto que tragar rápido, y después olvidarse.
Yo he disfrutado más con su segunda parte. Como he comentado antes, se parece al slasher de los 70 y 80 que tanto me gusta, y hay una buena escabechina. La tercera quizá he echado en falta algo más de sangre, pero cierra perfectamente la trilogía. Un cine de terror juvenil ligero y muy disfrutable, que siempre es de agradecer.