
En la boca del miedo, de John Carpenter
A estas alturas todavía me es difícil hacer un ranking del Maestro del horror, John Carpenter. Más allá de mi película favorita, ‘La Cosa’, tengo siempre cinco películas al mismo nivel que van cambiado de posición. Entre ellas se encuentra la extraordinaria ‘En la boca del miedo’ (In the Mouth of Madness, 1994), una película donde no sabremos distinguir la realidad de la locura de su protagonista gracias a una genial narración y atmósfera. Con todo esto Carpenter consigue que siempre queramos verla una y otra vez, para desentrañar todos los misterios y detalles de este extraordinario film.
Los Mitos de ‘En la boca del miedo’
«El éxito de Sutter Cane, un famoso escritor de novelas de terror, no tiene parangón. Pero, inesperadamente, poco antes de entregar a su editor su última novela, desaparece sin dejar rastro. Al mismo tiempo, algunos de sus fans se están volviendo inexplicablemente violentos. Para encontrar a Cane, el editor contrata al detective John, que está convencido de que todo es un montaje publicitario. Para promocionar el próximo libro del novelista; sin embargo, no tardará en descubrir que está completamente equivocado.»

H.P. Lovecraft es sobradamente conocido por cualquier amante del género de terror. A eso se le suma que las novelas del maestro del terror y del Horror Cósmico llevan décadas adaptándose al cine. Algunas con más éxito que otras. Pero sin duda es un escritor difícil de adaptar, sobre todo por la atmósfera y la sensación de pérdida de cordura de los protagonistas, o ese universo mitológico que creó. Pero esto no quiere decir no se haya conseguido. Películas como ‘El palacio de los espíritus‘ (Roger Corman, 1963), ‘The Resurrected‘ (Dan O’Bannon, 1991), Stuart Gordon —uno de los directores que más obras ha llevado al cine—, con ‘Re-Animator‘ (1985), ‘Re-Sonator‘ (1986) o ‘Dagon: La Secta del mar‘ (2001), y también destacar la reciente y magnífica ‘Color Out of Space’ (Richard Stanley, 2019). Éstas, por decir algunas, son un buen ejemplo de buenas adaptaciones.
Pero como siempre he comentado, justamente me han gustado más las que han conseguido trasladar esa atmósfera lovecraftiana en pantalla, que no un relato o novela en particular. Y aquí es donde encontramos ‘En la boca del miedo’, para mí la mejor adaptación de una novela de H.P. Lovecraft, que no está basada en una novela de Lovecraft.
El guionista Michael De Luca (‘La muerte de Freddy’, ‘Juez Dredd’) ya tenía el guión preparado desde los 80. Incluso en aquella época ya se le ofreció al propio Carpenter, pero éste lo rechazó. No sería hasta 10 años más tarde que lo aceptaría. Quizá veía ahí una continuación espiritual de ‘El príncipe de las tinieblas’ (1987), y también el final de su Trilogía del Apocalipsis, que comenzó con su obra maestra ‘La Cosa’ (1982).

Sin duda el espíritu y atmósfera de Lovecraft está presente de principio a fin. Un largo flashback, personajes que van perdiendo la cordura o su propia identidad, cultos y adoradores de criaturas dormidas hace eones o a nuevos mesías ocultos en pueblos alejados de la sociedad, y un ambiente o destinos pesimistas. E incluso el título, ‘In the Mouth of Madness’ una variación del de la novela de Lovecraft: ‘At the Mountains of Madness’. Estamos ante el gran homenaje de Carpenter a los Mitos de Cthulhu, y sin duda también gracias al guionista De Luca. Porque la película funciona por dos razones: un gran guión, y un narrador de terror excepcional. Esto ha hecho que ‘En la boca del miedo’ sea una de las obras cinematográficas más literarias que tiene el Maestro del Terror.
En la boca del miedo, el camino a la locura
‘En la boca del miedo’ comienza con un gran flashback de por qué el investigador John Trent (Sam Neill) ha acabado en un sanatorio mental. Le contratan para averiguar dónde está el escritor de terror Sutter Cane (Jürgen Prochnow) y, sobre todo, que encuentra la última novela que ha escrito. La actuación de Sam Neill (‘Horizonte Final’, ‘Jurassic Park’, ‘Possession’) deja claro que el actor neozelandés es perfecto para el género de terror. Tanto nos puede hacer sentir incomodidad, como transmitir terror, e incluso humor. Un personaje muy bien escrito lleno de cinismo, con geniales diálogos y momentos, para este noir de terror.

El viaje le llevará al pueblo de Hobb’s End, donde parece que Cane se ha escondido para acabar su novela. Una vez allí, no sólo Trent descubrirá las razones por las que esta novela vuelve loca a la gente que la ha leído, sino el poder que encierra las palabras escritas en la novela, donde se anuncia el Apocalipsis que surgirá más allá del velo de la realidad y la cordura.
Contra más lee, o conoce la obra de Cane, Trent va entrando en ese otro mundo, más onírico y extraño. ¿O puede que sea la sugestión de las palabras de Cane que afecta a su cordura? Lo que está claro, es que es esa locura lo que le hace atravesar los muros de la realidad y de nuestro mundo, a otro terrorífico y perturbador. ¿O quizá es aquel mundo el que está entrando al nuestro?

John Carpenter ya no sólo nos crea una atmósfera extraña y perturbadora, también nos narra de una forma increíble a la locura en la que se ve abocada el propio Trent. Juega con los límites de la realidad y otros mundos, pero también en la fina línea que separa la cordura de la locura. La sensación de estar atrapados en una pesadilla, la confusión de algunos momentos, la atmósfera malrrollera, hace que seamos testigos directos de este descenso a la locura a Trent.
Ya llegando al pueblo de Hobb’s End empieza a verse cosas extrañas, empezando con ese ciclista que se van encontrando una y otra vez, cada vez más envejecido y extraño, el comportamiento de muchos de sus habitantes, como la señora Pickman o los niños persiguiendo a un perro para hacerle a saber qué. Además de la locura que se va apoderando de la acompañante de Trent, Linda Syles —una genial Julie Carmen, que ya nos mostró que en cine de terror está increíble como en ‘Noche de Miedo II‘— y su perturbadora escena en la carretera, o el bucle interminable buscando la salida de Hobb’s End. Y esto es sólo un anticipo.

Este párrafo contiene algún spoiler. Ya veremos con el final que la meta-ficción —donde dentro de la propia película los protagonistas casi parece que están en una novela— va más allá, y se mezcla con el meta-cine cuando Trent va a una sala de cine para ver la película que hemos visto nosotros. Éste es uno de los momentos que convierte la película en redonda en cuanto a tono, historia, y narración. Nos quedará la duda de este enorme “meta”. ¿Es Trent una persona real arrastrada por el poder que tiene Cane? ¿O simplemente es otro personaje que ha creado Cane al que mueve a su antojo? La única forma de explicarlo mejor, es que la veáis y saquéis vuestras conclusiones.

Ya he comentado que ‘En la boca del miedo’ se inspira totalmente en los Mitos. Su mundo y atmósfera, bastantes detalles, referencias a la literatura de Lovecraft (como ese hotel Pickman), incluso los títulos de las novelas que ha escrito Cane son parecidos a los de Lovecraft: ‘The Hobb’s End Horror‘ y ‘The Dunwich Horror‘, ‘The Whisperer in the Dark‘ y ‘The Whisperer in Darkness‘, o ‘Haunter Out of Time‘ con ‘The Haunter of the Dark‘, además del título de la película. E incluso a veces los personajes se leen fragmentos de las obras de Lovecraft.
Pero incluso se puede ir más allá en cuanto a influencias, referencias y homenajes a la literatura de Lovecraft. También se encuentra de la literatura de Stephen King. Por ejemplo, ese bucle en el que no pueden salir los protagonistas de Hobb’s End, está basado en un relato de King que a su vez estaban basados en los Mitos. En aquel relato había niños terroríficos, los habitantes quieren acabar con los protagonistas, y además quieren invocar a un Primigenio. También se ha hablado que el personaje de Cane ya no está basado en el propio Lovecraft, si no también de Stephen King.

Otro detalle es que el nombre del pueblo, Hobb’s End, es el mismo que del metro donde transcurre parte de la película ‘¿Qué sucedió entonces?’, parte de la Trilogía del profesor Quatermass, siendo ésta la preferida de John Carpenter. Además que Hobb es una antigua palabra para referirse al diablo.
Y todo esto sin renunciar al propio estilo e identidad de John Carpenter. Aquí también vuelve al cinismo y la crítica a la sociedad actual capitalista —como ya hizo en ‘Están vivos’ (1988)— que muchas veces usa Carpenter, y que aquí vuelve a estar presente. Volvería a llevar un trasfondo parecido años más tarde, con su episodio de la serie Masters of Horror: ‘El fin del mundo en 35mm’. Aunque esta vez la locura y ese fin del mundo llegaba a través de una película que se emitió en Sitges, e hizo que quienes la vieron, quisieran suicidarse.

Tampoco me olvido de la genial banda sonora de John Carpenter, que ya es reconocible antes que salgan las letras. Es una maravilla. A todo esto hay que sumarle uno efectos especiales y maquillaje geniales. Detrás de ellos tenemos a Greg Nicotero (‘Alita: Ángel de Combate‘, ‘The Walking Dead’, ‘The Faculty’), o Donald Mowat (‘Dune’, ‘Blade Runner 2049’) que hacen un trabajo brutal. A veces recordándonos al cine de Brian Yuzna u obras de Clive Barker.
Conclusión
‘En la boca del miedo’ es una de las grandes películas de terror de los 90, tanto si hablamos de John Carpenter, como del propio género. Una historia que te atrapa de principio a fin, donde el descenso a la locura del protagonista se nota en cada plano, escena, atmósfera, y en la narración del Maestro del Terror. Y una de las grandes actuaciones de Sam Neill.
Sin duda una película que hay que ver más de una vez. No por entenderla o no, sino por la infinidad de detalles que vas encontrando, y que es cuando más disfrutas de ella. Si te gusta H.P. Lovecraft y Stephen King, o películas que consigan la atmósfera lovecraftiana, perturbadora e inquietante como ‘Silent Hill’ o ‘Horizonte Final’, no debes perdértela.
Ficha técnica
- Título original: In the Mouth of Madness
- Año: 1994
- Duración: 99 min.
- País: EEUU
- Director: John Carpenter
- Guión: Michael de Luca
- Reparto: Sam Neill, Julie Carmen, Jürgen Prochnow, David Warner, Charlton Heston, John Glover, Frances Bay.
- Música: John Carpenter, Jim Lang.
- Fotografía: Gary B. Kibbe