
1990: Los guerreros del Bronx, de Enzo G. Castellari
Hay lugares que son geniales para el cine de ciencia ficción y acción. Por ejemplo; los desiertos desolados, otros planetas y el espacio profundo, ciudades en ruinas, o llenas de luces de neón y coches volando, edificios modernos, o en naves espaciales. Puedes encontrar infinidad de nombres en esos lugares. Pero si te preguntan por el nombre de un barrio que hayas visto en el cine, donde puedas unir el cine de acción con el de ciencia ficción post-apocalíptica, o incluso terror, es muy fácil que el primer nombre que te venga a la cabeza sea el Bronx de Nueva York. Y quizá una de las películas más emblemáticas que puede reflejar eso sea ‘1990: Los guerreros del Bronx‘ (1982), de Enzo G. Castellari.
‘1990: Los Guerreros del Bronx’, la explotación de un género
«En una post-apocalíptica ciudad de Nueva York, el barrio del Bronx se ha convertido en un campo de batalla para varias pandillas callejeras asesinas. Al otro lado del puente, una chica llamada Ann, huyendo de una peligrosa corporación, es atacada por un banda callejera de jugadores de hockey. Los chicos van vestidos con equipo de seguridad de fibra de vidrio y están armados con palos de hockey. Persiguen a Ann hasta un callejón sin salida y la rodean, pero al poco tiempo se verán rodeados por una banda mucho más dura, los Riders. En medio del caos, el líder de la pandilla, Trash, interviene para protegerla.»
Así comienza ‘1990: Los Guerreros del Bronx‘, directa y con las explicaciones básicas para ponernos en situación. En pocas palabras, estamos en un futuro sombrío, y el Bronx es tierra de nadie.

En el guión nos encontramos ante tres grandes guionistas del cine de explotación italiano. Elisa Briganti (‘Nueva York bajo el terror de los zombis‘, ‘Destroyer: Brazo de Acero‘), Dardano Sacchetti (‘Aquella casa al lado del cementerio‘, ‘Demons‘, ‘El más allá‘) y también con el propio director, Enzo G. Castellari.
Castellari ya tenía detrás una gran experiencia en el cine, y además en diferentes géneros. Ya sean spaghetti western (‘Keoma‘ ‘Mátalos y vuelve‘), también en el thriller (‘Forajidos 77‘), el giallo (‘Los fríos ojos del miedo‘) y en el cine bélico (‘Aquel maldito tren blindado‘, conocida también como ‘The Inglorious Bastards‘, que homenajeó Tarantino en ‘Malditos Bastardos‘). Y con esta experiencia, lo tenía fácil para hacer una película como ‘1990: Los guerreros del Bronx‘.
Pero además de tener un gran director y guionistas del género, ya había una gran influencia detrás. Y está claro, con los primeros minutos de la película, de donde vino esa inspiración, de la Santa Trinidad del cine post-apocalíptico callejero: ‘Mad Max‘ (George Miller, 1979), ‘The Warriors‘ (Walter Hill, 1979) y ‘1997: Rescate en Nueva York‘ (John Carpenter, 1981).

Los italianos, grandes expertos en el cine de explotación —algo que hablo en la reseña de ‘Nueva York bajo el terror de los zombies‘, (Lucio Fulci, 1979)—, aquí encontraron una mina de oro.
Para empezar, ‘1990: Los guerreros del Bronx‘ es la primera de lo que sería la ‘Trilogía de los guerreros del Bronx‘. Que la componen ‘Fuga del Bronx‘ (ésta es una secuela directa) y ‘Los Nuevos Bárbaros‘, todas dirigidas por Castellari. A esta trilogía casi se le puede incluir ‘Bronx, Lucha Final‘ (Joe D’amato, 1983) ya que el propio título da pie a ello. También podemos encontrar otras películas del género, como ‘2019, tras la caída de Nueva York‘ (Sergio Martino, 1983), o ‘Roma año 2072: Los Gladiadores‘ (Lucio Fulci, 1984).
Con este pequeño prólogo, es hora de entrar en el barrio más peligroso del cine de ciencia ficción y acción, el Bronx.
Guerreros, policías, bárbaros, princesas y brujas del Bronx
La película tiene un buen ritmo y no se anda con muchas tonterías. Si bien el guión sigue bastante la estela de ‘1997: Rescate en Nueva York‘, muchas cosas también me recordaron a una historia de fantasía épica. Una especie de princesa huye de su castillo, y la encuentra un bárbaro que la ayudará. Incluso surgen personajes que se podrían comparar a caballeros, brujas o guerreros nobles.
Trash, el líder de los Riders, está interpretado por Mark Gregory, en su primer papel en el cine, y además como protagonista. Aquí sólo tenía 17 años, pero ya imponía su físico. Aunque fijándose uno en su cara, sí que se nota su edad. Castellari le había visto en el gimnasio donde iba, y vio que pegaba perfectamente con el físico que tenía. Una actuación algo modesta, pero que le haría trabajar en su secuela, y más películas del género, e incluso de acción tipo Rambo.

Gran parte del peligro vendrá por parte del policía Hammer, interpretado por Vic Morrow (‘Humanoides del abismo‘, ‘En los límites de la realidad‘), que usará tretas para que se maten las bandas entre ellas, o él mismo matará a cualquiera que se le ponga por delante. Por desgracia esta película, y su participación en ‘En los límites de la realidad’, fueron sus últimos papeles. Muriendo en un escabroso accidente de helicóptero. Aquí nos ofrece un gran papel de villano cabronazo.

También destacar al gran Fred Williamson (‘El padrino de Harlem‘, ‘The Inglorious Bastards‘, ‘Abierto hasta el amanecer‘), como «The Ogre«, el líder de una de las bandas más poderosas del Bronx. Aprovecharon el estilo del blaxploitation, y lo reflejaron en él y en su banda. Su imponente figura, su estilo de combate, y carisma, le hace uno de los personajes más interesantes de la película.
Campo de batalla: El Bronx
‘1990: Los Guerreros del Bronx‘ tiene escenas y momentos muy curiosos. Uno que me llamó la atención ocurre casi al principio, en el entierro de un miembro de los Riders. Parece un ceremonia de respeto a un guerrero caído. Durante ese rato la música que escuchamos es de una percusión muy rítmica. Pero de repente, vemos a un batería tocando la música justo en escena, cerca de los Riders y muy fuera de lugar. Lo que escuchábamos no es la banda sonora, si no al batería que formaba parte de la escena. El sentido que tiene me es desconocido (y a gran parte del equipo de la película), pero funciona a la maravilla. Pinchando aquí podéis ver ese momento.

En la cinta nos vamos a encontrar con bastantes combates entre bandas. Algunas peleas están bastante cerca del nivel de ‘The Warriors‘, aunque hay otras que son bastante flojas. Una de ellas es el combate contra una banda que parece sacada de un cabaret, que no me gustó nada. Pero en general funcionan muy bien. Sobre todo en las del propio protagonista, Trash, y cuando sale The Ogre.
Aquí encontramos muy diferenciadas las bandas callejeras. Desde hombres en patines y con palos de hockey, hasta los llamados zombies, otros con aspecto de proxenetas del blaxploitation, o también esos bailarines de cabaret. La variedad está servida. Al igual el armamento que usará cada una de ellas.
Las localizaciones me parecieron un acierto. Muchas escenas se rodaron en el propio Bronx y otros barrios de Nueva York, pero otras se filmaron en Roma. Pasaremos de ciudades y edificios abandonados, hasta ruinas y mausoleos romanos, dándole ese toque post-apocalíptico que podría tener el Bronx. Justo en esas ruinas, están las mejores peleas y momentos de ‘1990: Los Guerreros del Bronx’.

No sólo habrá peleas y aventuras, también veremos luchas de poder entre miembros de bandas, traiciones, engaños, asesinatos viles, y tramas corporativas. Que tampoco es que todo eso sea nada del otro mundo, pero le da un buen extra.
Conclusión
No voy a decir que de las mejores películas que he visto, pero sí que estaría entre las entretenidas de este género. Nos ofrece una buena puesta en escena y atmósfera del mundo post-apocalíptico urbano, personajes interesantes, peleas y actuaciones correctas, y un guión sencillo pero eficaz.
‘1990: Los Guerreros del Bronx‘ es una película que fijo que disfruta cualquiera que le guste ‘The Warriors‘ o ‘1997: Rescate en Nueva York‘, y el cine de ciencia ficción con acción y aventuras.
Ficha técnica
- Título original: 1990: I guerrieri del Bronx
- Año: 1982
- Duración: 97 min.
- País: Italia
- Director: Enzo G. Castellari
- Guión: Elisa Briganti, Dardano Sacchetti, Enzo G. Castellari
- Reparto: Vic Morrow, Mark Gregory, Fred Williamson, Stefania Girolami, Christopher Connelly, Betsy Dessy
- Música: Walter Rizzati
- Fotografía: Sergio Salvati