
Mad Max, salvajes de autopista (1979)
Han pasado cuarenta años del estreno de la primera película de una de las sagas post-apocalípticas más longevas y con las mejores escenas de coches del cine, ‘Mad Max‘. Esta maravilla, dirigida por George Miller, inspiró un género que llenó los videoclubs en los 80, y que, durante años, fue la película más rentable de la historia. Poneos el cinturón, que el Interceptor tiene un arranque frenético.
Un futuro violento y sombrío
«En un futuro posnuclear, Max Rockatansky, un policía encargado de la vigilancia de una autopista, tendrá que vérselas con unos criminales que siembran el pánico por las carreteras. Cuando, durante una persecución, Max acaba con «El Jinete Nocturno». El líder del violento grupo, y el resto de la banda, jura vengar su muerte»
Está claro que el argumento es más que sencillo. Pero lo importante aquí no era esa trama tan trillada (sobre todo ahora), fue ese futuro desolador y vacío que nos enseñaron, en las que las guerras habían cambiado las grandes urbanizaciones, por tierras desérticas. Y si a eso le añadimos unas persecuciones increíbles, y esa violencia y crudeza en las imágenes (tanto en las que se ven, como en las que ocurren fuera de cámara), sólo queda ‘Mad Max‘.

Desde luego George Miller (director de toda la saga de Mad Max, o ‘Las Brujas de Eastwick‘, una película muy divertida) hizo una opera prima brutal. Como ya he dicho, ‘Mad Max’ fue durante años la película más rentable de la historia del cine (la superó ‘El proyecto de la bruja de Blair‘), y un referente al género.
Gracias al trabajo de Miller como médico de urgencias pudo hacer dos cosas: pagar gran parte de la película, y aplicar todo lo que había visto de accidentes de coches. Ese realismo tenía que venir de algún sitio. El co-guionista, James McCausland, añadió la temática y temor a la falta de la gasolina, a una gran crisis petrolera que hubo años antes.
Mad Max: coches, motos, gasolina y asfalto
Pero vamos a lo que llamó la atención de este peliculón. La atmósfera, crudeza y esas escenas de coches. George Miller calificó ‘Mad Max‘ como: «cine de acción de coches, película de terror y un western con ropa moderna». Bastante acertado desde luego.

Miller no tenía pensado que ‘Mad Max‘ fuera post-apocalíptica. Lo que pasa es que, para abaratar costes, rodaba en desiertos, carreteras casi abandonadas y puebluchos (muchas veces sin permiso legal), y quedó esa atmósfera de futuro decadente. Más tarde, añadió esas letras iniciales que nos ponía en situación sobre el «futuro» donde transcurría la acción. Imaginaos si tuvo que adaptarse y aprovechar el presupuesto, que el montaje lo hizo él en su propia casa, y en otra habitación, estaba el editor sonido haciendo la edición.
Y como he comentado antes, Miller estuvo de médico de urgencias para pagar la película, así que sabía de primera mano como acababan los accidentes de coche, y como empezaban. Desde luego los especialistas se ganaron bien su sueldo, ya que muchas escenas de conducción que vemos, eran ilegales de hacer en carreteras y autopistas. Así que rodaban la escena a toda prisa, y antes que llegara la policía, se piraban. Miller era un verdadero salvaje de la autopista.
Hablaría de los modelos de coches utilizados para los Interceptors, como el Ford Coupé Falcon XB, que era un antiguo coche de la policía de un estado de Australia, las motos utilizadas y otros vehículos. Pero yo no sé de coches, y seguro que los entendidos del tema ya lo sabrán todo.

Lo que sí añadiré, del punto de vista de alguien que le gusta esta película, que todos y cada uno de esos vehículos, tienen momentazos. Fueron tan importantes, que hasta era lo que más se veía en el primer tráiler de la película. Dejando a los actores como algo secundario.
Salvajes de la autopista
Está claro que esos vehículos no se conducen solos. Así vamos a ver un poco a esos personajes tan peculiares, que habitan en ese futuro desértico.

Ya hemos visto la atmósfera física que nos hace ver las secuelas de la guerra. Pero también se ve reflejado en la propia sociedad y los personajes. Un sistema judicial y policial que falla por todos los lados. Quizá esta parte no llame tanto la atención de la película, pero refleja muy bien el futuro de una sociedad muy dejada.
Y después a ese cuerpo de policía tan especial. Muchos de ellos están al borde de la locura o de ser criminales. Quizá nos quiere decir que es justo ese tipo de policía que se necesita en ese futuro. El propio Max Rockatansky es el que nos parece el más cuerdo, más o menos.
A Max se nos presenta como un policía duro, pero también con una personalidad jovial y familiar. El típico agente que es la promesa del cuerpo. Más adelante, ya veremos el porqué de Mad Max. Mel Gibson hay que reconcerle un trabajo digno para ser el primero como protagonista en el cine.

Y os dejo la historia de siempre. Mel Gibson sólo iba al casting para acompañar a su hermana. Y cuando le vieron, que tenía la cara hinchada de una pelea que tuvo el día anterior, le contrataron. Eso, y porque era más barato que contratar a un actor de renombre. Hay que dar gracias a esa pelea, porque quizá no hubiéramos disfrutado de muchas películas de Mel, tanto delante, como detrás de la cámara.
También hay que destacar a ese grupo de motoristas. Porque el comportamiento amoral, dandy y sin piedad. Incluso algunos momentos parecen adolescentes, que usan la violencia sin ningún tipo de excusa y lo ven como lo más normal del mundo. Todo eso hacía que te pusieran en tensión, y hasta incómodo. Huhg Keays-Byrne (que repetiría como villano en ‘Mad Max: Fury Road‘), el líder de la banda, se basó en Genghis Khan para construir e interpretar a su personaje. Además, se nota que venía del teatro, hay veces que podría hacer un papel shakesperiano.

Todos esos personajes, o más bien la sociedad que nos presenta Miller, reflejan las inquietudes que se tenían en los 70. La decadencia y la poca fe en la sociedad que les rodeaba.
La influencia de Mad Max
‘Mad Max’ —junto a su segunda parte, ‘Mad Max 2: El guerrero de la carretera‘—, ‘1997: Rescate en Nueva York’ de John Carpenter y ‘The Warriors‘, de Walter Hill, convirtieron este tipo de futuro-distópico-posnuclear, en un género muy aprovechado en los 80, sobre todo por el cine italiano. Grandes directores del género aprovecharon ese tirón, e hicieron maravillas para nuestro disfrute. ‘1990: Los Guerreros del Bronx‘ (1982) y ‘Los nuevos bárbaros‘ (1983), ambas dirigidas por Enzo G. Castellari, también el gran Lucio Fulci (‘Nueva York bajo el terror de los zombies‘, ‘Aquella casa al lado del cementerio‘) hizo su incursión con ‘Roma año 2072: Los Gladiadores‘ (1984), o ‘Bronx: Lucha final‘ (1983) de Joe D’Amato (‘Ator, el poderoso‘, ‘La muerte sonríe al asesino‘). Y fijo que conocéis algunas más, gracias a esas visitas al videoclub que algunos haríais. Así que hay mucho que agradecer a George Miller.
Conclusión
Desde luego ‘Mad Max’ es una gran película del género, sólo superada por su secuela ‘Mad Max: El guerrero de la carretera‘ (1981) y ‘Mad Max: Fury Road‘ (2015). Sólo el creador de la saga podía conseguirlo. No me extraña que en el ‘Festival de Sitges‘ de 2019 esté dedicado a ella, porque se merece ese reconocimiento.
Es una película de acción de las de antes, que se adelantó bastante en muchos aspectos, así que está en ese límite entre el cine de los 70 y lo que vendría en los 80. ¿Que se le podría pedir más guion? Quizá, pero tampoco hace falta. Creo que esta película se centró en una cosa, y fue la acción. Y gracias a eso pasó a la historia.
Ficha técnica
- Título original: Mad Max
- Año: 1979
- Duración: 90 min.
- País: Australia
- Director: George Miller
- Guión: James McCausland, George Miller
- Reparto: Mel Gibson, Joanne Samuel, Steve Bisley, Hugh Keays-Byrne.
- Música: Brian May
- Fotografía: David Eggby
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