
Mad Max 2, el guerrero de la carretera (1981)
A estas alturas ya sabéis todos que la frase de «Nunca segundas partes fueron buenas» tiene muchas excepciones. Unas cuantas para mí, y para muchos vosotros, pues serían ‘Terminator 2‘, ‘El Padrino 2‘, ‘El Imperio Contraataca«… y a partir de aquí, cada uno tendrá la suya. Pero es que cuando George Miller hizo ‘Mad Max 2, el guerrero de la carretera‘, dudo que pensara que influiría tanto en un género, y que además, junto a su predecesora ‘Mad Max, salvajes de autopista‘ (1979), se convirtiera en la saga por excelencia, y más longeva, del género post-apocalíptico.
Mad Max 2: El apocalipsis árido
«Tras el holocausto nuclear, la gasolina se ha convertido en un bien escaso y muy codiciado. Max Rockatansky, héroe solitario, inicia una lucha sin cuartel para ayudar a una colonia de supervivientes constantemente atacada por un grupo de violentos guerreros que intenta arrebatarle un tanque de gasolina. Al final tendrá que decidir si ayuda a los defensores del tanque…»

Con un prólogo narrado, nos explican como nuestro futuro ha sido arrasado por guerras nucleares y que la gasolina es uno de los bienes más preciados. En ese mundo posnuclear se alza Mad Max, un guerrero, un hombre que gracias a sed de venganza y furia, pudo sobrevivir y adaptarse a este mucho violento.
La introducción de ‘Mad Max 2‘ siempre me ha flipado. Las imágenes de archivo de guerras, manifestaciones sangrientas y explosiones, y después, un resumen rápido de ‘Mad Max, salvajes de autopista‘, todo en blanco y negro, como un recuerdo lejano, vemos que el futuro está jodido. Y después, ya empezamos a ver coches, arena, acción y gasolina.

La acción transcurre cinco años después de los hechos de la primera parte, y aquí ya nos muestran un mundo sin civilización alguna. Ahora impera la ley del más fuerte. Si bien el argumento no es el fuerte de la película, lo arregla con un ritmo y escenas de acción que todavía son para envidiar. Pero es que ni siquiera le hace falta mucho diálogo para ponernos en situación, el propio Max habla poco más de quince veces. El desierto, la forma de vida, vestuario y los propios personajes, son suficiente para saber que el futuro es duro.
Detrás de está película de ciencia ficción y acción, hay una clara influencia a los westerns clásicos y al cine de samuráis, presentando a Max como un pistolero o un ronin. Sólo hay que ver como se acerca a ‘Raíces profundas‘ (con niño incluido, aunque más salvaje) o ‘La diligencia’ de John Ford, emulando esa persecución final (que aquí la supero con un total de 13 minutos de duración), y algo de ‘Los 7 samuráis‘, de Akira Kurosawa.

Un personaje como Max tiene que tener enemigos a su altura y que reflejen ese mundo acabado. Y aquí entra El Humungus, el líder de los Merodeadores. Entre el físico impresionante —y algo perturbador—, ya vemos que la ley del más fuerte es lo más importante en este mundo, y dentro de la propia banda. Esa violencia la veremos más de una vez a lo largo de la película. Algunos de estos momentos nos los muestran, pero otros ocurren fuera de cámara, aunque no por eso lo hace más suave.
Construyendo un futuro desolador
Sí, hay que reconocer que el guión de ‘Mad Max 2’ puede parecer casi de ir del punto A al B. Pero tal como está rodada, hay mucho más, y sólo puedo poner a su altura ‘Mad Max: Fury Road‘. En resumen, un peliculón dentro de este concepto.

En esos cinco años que separan esta película de la primera, veremos como ha desaparecido cualquier atisbo de la poca sociedad que quedaba. No hay policías, jueces, comercios, casas, o cualquier cosa que se le pueda llamar urbanización u hogar. Y el diseño de producción y vestuario, lo mostraba perfectamente.
El vestuario ayudó a que la banda de los Merodeadores fuera tan amenazante. Si bien parece que cada uno viste como quiere, en realidad si nos fijamos en cada una de las «facciones», vemos que cada una va vestida de una manera, y que coinciden en cometido y vehículo. Gran parte de esa ropa se compró en tiendas de segunda mano y de sadomasoquismo. No hay que ser un lince para darnos cuenta de esto último. Después se le añadieron piezas metálicas de chatarrerías y desguaces, para que también sirvieran como una especie de armadura.

Tiene un diseño de producción que aunque parezca barato por esas carreteras abandonadas, desiertos, o las caravanas y refugios improvisados, hay un gran trabajo detrás. Esta vez Miller contaba con más presupuesto, y no tenía que rodar a escondidas y sin permiso, como en ‘Mad Max, salvajes de autopista‘. Esto ya lo vemos con el campamento donde se encuentra la gasolina. Se tuvo que avisar a las autoridades y a las aerolíneas, para que ese día no pasara ningún avión, ni se asustaran cuando lo hicieron explotar. Es una de esas escenas que sólo puedes hacerla una vez, por el bien de la película.
Pero si hablamos de Mad Max, es imposible no hablar de sus vehículos y persecuciones. Se llegaron a usar más de 80 vehículos entre motos, coches, camiones, autobuses, y hasta un girocóptero, todos modificados para hacerlos únicos y temibles. Una auténtica gozada verlos en movimientos y destrozando todo. Un trabajo brutal por parte del director, el montaje, el sonido. Pero sobre todo los operadores de cámara, y en especial, el de los especialistas de la conducción.

Las escenas de persecuciones se puede decir que es toda la película, y hay que pensar que la mayoría sólo se podían hacer a la primera. La del inicio es genial como presentación, pero la persecución final de 13 minutos, me parece una obra maestra del género. La escena del camión cisterna estrellándose, es brutal, y además fue muy peligrosa, por mucho que estuviera el tanque de gasolina estuviera vacío. Todo el mundo estaba preparado por si algo salía mal, incluso el conductor no había comido nada en el último día por si había que operarle de urgencias.
El antes y después de ‘Mad Max 2, el guerrero de la carretera’
Hasta la llegada de ‘Fury Road’, ‘Mad Max 2‘ siempre ha sido votada como la mejor de la saga (también el la favorita de Mel Gibson y George Miller), y se encuentra entre las mejores películas de acción de todos los tiempos en diferentes listas.
Con todo esto, parece mentira que tuvieran que cambiar el título a ‘The Road Warrior‘, porque la gente en EEUU casi no conocía ‘Mad Max‘. Incluso el tráiler casi sólo se veían persecuciones y explosiones, ya que sería lo único atractivo que podían usar para atraer al público.

Esto se debe a que la primera parte no triunfó allí, y se temía que la gente ya no fuera a verla porque no sabía que era una secuela. Una gran parte este desconocimiento, y mala acogida, fue sobre todo a que doblaron la película por si los americanos no entendían el acento australiano. Flipo con estos americanos a veces. Además, la introducción que vemos en blanco y negro y que sirve de resumen de ‘Mad Max’, en Australia ni existía. Para los australianos es historia de su cine.
Pero si a esta segunda parte le añadimos ‘1997: Rescate en Nueva York‘ (John Carpenter, 1981), e incluso ‘The Warriors‘ (Walter Hill, 1979), tenemos la Santa Trinidad de este género. Y desde luego se notó en mucho cine B de los 80 y sobre todo la exploitation italiana. Películas como ‘1990: Los Guerreros del Bronx‘ (1982) y ‘Los nuevos Bárbaros‘ (1983) —ambas de Enzo G. Castellari—, ‘Roma años 2072: Los Gladiadores‘ (Lucio Fulci, 1984), o ‘Bronx: Lucha Final‘ (Joe D’Amato, 1983), son algunos ejemplos.

El propio James Cameron dijo que le influyó para ese futuro sombrío de ‘Terminator‘. Y también lo hizo en el manga de ‘El Puño de la Estrella del Norte‘, de Buronson y Tetsuo Hara, que ya simplemente el primer número, es clavado a gran parte de esta película. Al igual que su adaptación al anime (pincha para el tráiler), que fue de los primeros que nos llegaron a España. Tanto el mango como el anime los recomiendo al 100%. También podemos encontrar esa influencia en películas algo más actuales, como la genial ‘Doomsday‘ (2008), de Neil Marshall.
Conclusión
‘Mad Max 2, el guerrero de la carretera‘ es un peliculón, así de claro. Tiene escenas de acción y de persecuciones que no se habían visto hasta entonces, y no han envejecido nada, sólo comparables ‘Mad Max: Fury Road‘. Estamos ante uno de los grandes héroes de acción del cine, y también hay que contar que fue la (segunda) gran presentación de Mel Gibson al cine, con la que empezaría a ser la estrella que ahora conocemos.
Si os gusta el cine de acción, las persecuciones, el género postapocalíptico, es una película que no hay que perderse, porque es uno de los pilares de este género tan interesante.
Ficha técnica
- Título original: Mad Max 2: The Road Warrior
- Año: 1981
- Duración: 92 min.
- País: Australia
- Director: George Miller
- Guión: Terry Hayes, George Miller, Brian Hannant
- Reparto: Mel Gibson, Bruce Spence, Michael Preston, Virginia Hey, Vermon Wells
- Música: Brian May
- Fotografía: Dean Semler
Un comentario en «Mad Max 2, el guerrero de la carretera (1981)»
Genial el artículo! Para mi la introducción es de 10! Con un aire muy documentalesco que ahora 40 años después parece casi sacado de nuestros tiempos actuales! El doblaje en castellano tampoco le hace mucha justicia a Mel Gibson, pero como no habla mucho se hace llevable!
Y genial el blog!