
Turbo Kid, un gamberrismo nostálgico
Yo soy de los que piensas que no hace falta que el cine sólo sea para que pienses, reflexiones o filosofes, o de aquel que te dan la chapa durante días. De vez en cuando hay que acercarse al cine sin pretensiones, y del que sólo vas a hablarlo con tus colegas para echaros unas risas. ‘Turbo Kid‘ es el claro ejemplo. Si le añades además la actual nostalgia de los 80, el VHS, lo cutre y rodado con cariño, te llevas 90 minutos de puro entretenimiento.
Turbo Kid, el bicivolador de la carretera
«En un futuro post-apocalíptico, el agua es un bien muy preciado y en todo el mundo solo hay una ley, la del más fuerte. The Kid es un joven que se ha criado solo en un mundo duro y cruel, gracias sobre todo a la ayuda de cómic retro y otros objetos de tiempos pasados que se han convertido en su particular obsesión. Con ayuda de compañeros que irá encontrando a lo largo de su camino deberá luchar contra Zeus y su grupo de salvajes que se han auto-proclamado los jefes de todo el territorio.»

El argumento ya vemos que está más que trillado. Un futuro chungo en que la ley del más fuerte es la que manda. De todas maneras ya vemos que la película y los guionistas no pretendían hacernos pensar mucho viéndola. Además, dado lo que nos quiere ofrecer, es un guión bastante clavado al de bastantes películas que llenaban los videoclubs en los 80. Con todo esto consiguen una cosa, 90 minutos de diversión.
La idea de ‘Turbo Kid’ surgió unos pocos años antes como un cortometraje. Había una antología de terror llamada ‘The ABCs of Death’, donde diferentes directores hacían cortometrajes de terror siguiendo el abecedario. Un cortometraje se presentó como ‘T is for Turbo‘, y fue bien acogido. Los creadores, François Simard y Anouk Whissell (detrás también de la genial ‘Summer of 84‘), decidieron convertirla en un largometraje.

Como el guion ya lo sabéis de memoria, vamos al ritmo de la película. Hay que reconocer que va muy rápido. Nos presenta los personajes, lo que buscan y como es el mundo en poco menos de 20 minutos. Para después darnos un festival de sangre, tripas y cabezas explotando. Un gore gratuito muy entrañable, y con un humor para nada sutil. Siempre que el humor para ti sea ver como explota un tío, y que sus tripas vayan a parar a la cabeza del que está a su lado.
Héroes, robots, caraduras y malvados de la leche
Los personajes, incluso las actuaciones, son exageradas. Pero no por un mal trabajo, sino por explotar los clichés de aquel cine.

The Kid (Munro Chambers) aunque va perdido al principio, se nota que va a ser el héroe. Tiene su bici BMX (no es el Interceptor, pero sirve igual), y un guantelete que dispara rayos de energía. Además cuenta con un pasado dramático que afectará a los acontecimientos del futuro.

La adorable Apple (Laurence Leboeuf) parece una chica excesivamente feliz, pero que aportará extra de humor y un poco de romance a la película, con alguna que otra sorpresa. Les acompañará el que hubiera sido el héroe si se hubiera rodado 35 años antes. Un tío que es una mezcla de Max Rockatansky, Indiana Jones y Snake Pliskeen. Chulería y carisma a parte iguales, pero versión serie B.
Y el malo maloso es un habitual en este tipo de papel. Michael Ironside (‘Desafío Total‘, ‘Scanners‘), interpreta a Zeus que tiene el monopolio del bien más preciado de ese mundo, el agua… bueno más o menos. Irá acompañado de diferentes secuaces de aspecto intimidante y sin sesera.

No busquéis mucho sus inquietudes filosóficas ni nada. Los personajes van a lo que van, y no hace falta explicar mucho su psique.
Turbo Kid, regreso al fut… pasado
Hay que reconocer que ‘Turbo Kid‘ refleja muy bien el futuro (el año 1997 en la película, un pequeño homenaje a Carpenter) de como se veía en el cine de los 80. Puede parecer un cine demasiado juvenil, pero usa perfectamente el aire cutre, cursi, los guiños y unos personajes muy estereotipados, para así atraer al público que vivimos y disfrutamos de lo lindo de aquella época.
Si es que nada más empezar casi vemos el logotipo de la Cannon. Y además cuenta con una banda sonora genial. Lo escuchamos en sus canciones, y esa música hecha por sintetizadores. Imposible no viajar al pasado.

El sentido nostálgico de ‘Turbo Kid‘ se encuentra más en su atmósfera, que no en un objeto que te pongan en primer plano. Está claro que bebe de ‘Mad Max 2: El guerrero de la carretera‘ y derivados, y que con tanta bici casi parece que estemos viendo ‘Los bicivoladores‘ futuristas. Pero buscad otros guiños, hay algunos que no se pueden decir, porque aunque no haya una trama enorme, no mola destripar alguna que otra sorpresa.
Conclusión
Estamos ante una película de serie B ochentera de acción post-apocalíptica de manual. Pero añadiendo diversión, gamberrismo, gore y pura nostalgia.
Si ‘Stranger Things‘ usa la nostalgia de las grandes producciones de los 80, ‘Turbo Kid’ lo hace con toda la serie B de esa década. Aquí hay mucha diversión y risas aseguradas. Lo importante es no tomarla en serio, disfrutar de ella y desconectar un poco.
Ficha técnica
- Título original: Turbo Kid
- Año: 2015
- Duración: 89 min.
- País: Canadá
- Director: Anouk Whissell, François Simard, Yoann-Karl Whissell
- Guión: Anouk Whissell, François Simard, Yoann-Karl Whissell
- Reparto: Munro Chambers, Laurence Leboeuf, Michael Ironside, Edwin Wright Aaron Jefferu.
- Música: Jean-Phillippe Bernier, Jean-Nicolas Leupi
- Fotografía: Jean-Phillipe Bernier