El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki

El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki

Mágica. Ese es el primer adjetivo que me viene a la cabeza para describir ‘El viaje de Chihiro’ (2001), una de las obras maestras del Sensei Miyazaki. La historia y la aventura que vive Chihiro en ese mundo mágico se encuentra, al igual que ‘La princesa Mononoke’, entre mis favoritas del maestro, y del cine de animación. Además, ya no sólo fue determinante para el Studio Ghibli, al igual que ‘Nausicaä del Valle del Viento’ (1984) y ‘La princesa Mononoke’ (1997), si no que se convirtió en historia del cine del siglo XXI. En esta crítica os encontraréis bastante spoilers de la película, por si no la habéis visto.

El viaje de Chihiro, la magia de Hayao Miyazaki

«Una explosión de fantasía que nos narra la historia de Chihiro, una niña que sin querer ha entrado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres mágicos, dominado por la diabólica Yubaba, una arpía hechicera. Afortunadamente Chihiro se encuentra con el enigmático Haku que le ayudará a sobrevivir en esta extraña y maravillosa tierra.»

El Sensei Hayao Miyazaki nos trajo con ‘El viaje de Chihiro’ un derroche de imaginación que llegó a niveles increíbles creando este mundo mágico, convirtiéndola en una de las maravillas del séptimo arte del siglo XXI.

Spirited Away (Hayao Miyazaki), the tunnel.
Chihiro y sus padres atraviesan un túnel que les llevará a un mundo mágico al cual no están invitados.

Miyazaki no tenía escrito un guión, eran ideas, conceptos, storyboards, y sabía qué quería explicar. Según su propias palabras: “No soy yo el que hace la película. La película se hace a sí misma y no tengo otra opción que seguirla”.

La inspiración le vino cuando en un viaje se dio cuenta que la hija de un amigo suyo estaba bastante desganada y apática. Se dio cuenta que las niñas de 10 años no tenían películas de heroínas para ellas. Chihiro es la historia, y el personaje ideal, para demostrar que con esfuerzo, pueden hacer lo que se propongan.

El libro infantil ‘The Marvelous village veiled in Mist’ (Sachiko Kashiwaba, 1988) fue de gran importancia para la concepción de la película. El libro cuenta la historia donde una niña es llevada a un mundo desconocido para salvarlo, y sólo podrá conseguirlo gracias a su voluntad y valor. 

The Marvelous village in Mist' y 'Cuentos de Terramar'.
Parte de las inspiración de Miyazaki proviene de los libros ‘The Marvelous village in Mist’ y ‘Cuentos de Terramar’.

También se pueden encontrar influencias de ‘Los Cuentos de Terramar de Ursula K. Le Guin (que años más tarde adaptaría su hijo Gorō Miyazaki), incluso de Pinocho (con esa transformación de los padres), y de diferentes cuentos tradicionales japoneses.

Miyazaki es un hombre preocupado por Japón, así que además de plasmar algunas vivencias, también quiso reflejar su preocupación por la pérdida, o la ignorancia, por las tradiciones, valores, y raíces, y de su preciada naturaleza. Todo esto sin renunciar a que siempre hay una evolución y desarrollo en la vida y la sociedad. Para él, ambas cosas deben permanecer unidas, y es algo que veremos en ‘El viaje de Chihiro’.

El autodescubrimiento del valor, la fortaleza, y el respeto

Miyazaki nos cuenta la aventura Chihiro, una niña que de repente se encuentra sola en un mundo desconocido, mágico, e incluso peligroso. Un mundo habitado por seres mágicos, espíritus y dioses, donde tendrá que encontrar la forma de salvar a sus padres que se han convertido en cerdos.

El viaje de Chihiro. El mundo mágico
Chihiro se encuentra sola en un mundo habitado por espíritus, dioses y criaturas mágicas.

¿Pero cómo puede salvar a sus padres una niña de 10 años, en un mundo donde ella parece insignificante al lado de dioses y criaturas mágicas? La única forma se encuentra en el interior de Chihiro, y es justamente lo que quería transmitir Miyazaki.

Chihiro es una niña revoltosa, consentida, miedosa, y que quiere que le hagan caso. Hay que tener en cuenta se va a enfrentar a una nueva vida con sus padres en otra ciudad. Iremos viendo como irá encontrando su valor y confianza en sí misma, se dará cuenta que no todo gira alrededor de ella, y descubrirá el valor del esfuerzo y el trabajo. Algo que consigue simplemente por valorar y respetar lo que la rodea, el trabajo duro, y por ayudar a los demás por pura generosidad y sacrificio.

‘El viaje de Chihiro’ muestra como el trabajo y el esfuerzo sirve de bálsamo y posible camino para encontrarse uno mismo. Chihiro, además, tiene un trabajo duro que parece poco importante, y por el que no recibe nada. Pero eso no significa no aprenda o reciba una recompensa. El hecho de hacer ese trabajo más allá de su deber, como ayudar al dios Pestilente, le hará conseguir los medios para salvar a sus padres y a Haku. Incluso la generosidad de Chihiro salvará esos baños habitados por criaturas avariciosas y codiciosas.

El viaje de Chihiro. El salón de baños y el dios pestilente
Chihiro intenta ayudar al Dios Pestilente que ha llegado al salón de baños. Poco a poco irá aprendiendo el valor del trabajo y el esfuerzo.

Nunca hay que olvidar quien eres”, es otro de los mensajes importantes que nos encontramos. A partir que Chihiro firma el contrato de trabajo con Yubaba, y empiezan a llamarla Sen (un ideograma que significa “Mil”), está a punto de olvidar su propia identidad. Se ha convertido en un número para la casa de baños. Al igual que en ‘Los cuentos de Terramar’, vemos la importancia de los nombres como parte de la identidad y el recuerdo, tanto para Chihiro, como para Haku.

Sólo Haku consigue que Chihiro recuerde quién es al devolverle la carta de despedida que le hicieron los amigos cuando se mudó. Estamos ante uno de los momentos más tristes de la película. Chihiro llora desde los más profundo de su ser por tristeza, y algo de añoranza al recordar la despedida de sus amigos, que no apreció en su momento. Ese será otro de los pasos para seguir en su crecimiento personal, y donde más empiezan a estrecharse los lazos olvidados que tenía con Haku

Chihiro y Haku. Recuperando los recuerdos
Haku ayudará a Chihiro a recordar su nombre y así recuperar sus recuerdos.

Miyazaki nos enseña la evolución de Chihiro de una manera increíble. Por ejemplo, al principio, cuando baja las escaleras para llegar a las calderas, lo hace por miedo, sin querer, y porque no le quedaba opción. Más tarde, bajará por una tubería a la misma velocidad, pero con gran determinación porque tiene que salvar a Haku. Miyazaki quiso remarcar esto, junto a Joe Hisaishi, usando el mismo tema musical. Dos acciones parecidas, pero con motivaciones y actitudes muy diferentes

Chihiro aprende y hay un claro crecimiento personal, pero gran parte ya estaba en su interior. Ella ya ayuda desde un principio al espíritu del Sin Cara al invitarle entrar a los baños cuando ve que está lloviendo. O ayudando a los pequeños susuwatari (los espíritus del hollín), a llevar carbón, aunque no sea su trabajo. Tampoco es una niña codiciosa. Cuando Sin Cara le ofrece oro, ella no lo acepta con una sencilla respuesta: “No lo necesito.

También lo veremos en su expresión, como en el viaje en tren junto al Sin Cara, una de las escenas más icónicas de la película. Una expresión más madura y llena de determinación, pues ese viaje, que puede ser sólo de ida, es para pedir disculpas en nombre de Haku, y así ayudarle. Y cómo no, en la escena final. Cuando Chihiro ya se marcha con sus padres, echa una última mirada hacia atrás, y nos deja con la duda si se acuerda de lo que ha vivido. Un final tan maravilloso como nostálgico.

El viaje de Chihiro, el viaje en Tren.
Chihiro, junto a Sin Cara, se sube a un tren en el que no hay regreso. Uno de los momentos más icónicos de la película.

Hayao Miyazaki no te dice a la cara lo que está bien o mal, esos maniqueísmos no van con él. Simplemente vemos lo que hacen y deciden los personajes, su crecimiento personal, o cómo respetan sus protagonistas a lo que les rodea, y ayudan a los demás. No hay buenos y malos claros. Chihiro es sólo una niña inocente y pura, que empieza a valorar el esfuerzo, el respeto, y el ayudar y ser generosa con los demás.

El mundo mágico de El viaje de Chihiro

Chihiro no está sola en este viaje y aventura. Ella encuentra su valentía y la confianza en sí misma no sólo por el trabajo y las situaciones a las que tiene que hacer frente, sino también por los personajes que va encontrando. Todos y cada uno de ellos, en mayor o menor medida, le ayudarán de alguna manera en su crecimiento personal.

Haku ayudará desde el principio a Chihiro. Entre ellos hay una conexión que va más allá de sus recuerdos.

El más importante es sin duda Haku. Este extraño chico la ayudará desde que llega a su mundo. Desde el inicio vemos que hay una conexión entre ambos, y Haku se lo deja bastante claro cuando le dice: “Te conozco desde que eras pequeña”. Más adelante incluso Chihiro le reconoce en su forma de dragón, algo que era imposible, y siente la necesidad de ayudarle. 

Una vez que conoces a alguien, nunca lo olvidas realmente.Zeniba

Cuando Haku está malherido, Chihiro no tiene problema en hacerle comer el pastel que le dio el dios Pestilente para curarle, que quizá es lo único que puede devolver la verdadera forma a sus padres. Es un sentimiento que va más allá de una sensación de conocerse. 

La relación entre Chihiro y Haku es de tal amor espiritual que persiste incluso habiendo olvidado qué se conocían. Gracias a volver a recordar quién era, Haku también conseguirá ser libre. La escena en la que caen ambos y se recuerdan, reflejando esa unión que iba más allá de la amistad, es uno de los momentos más bellos de la película. Como diría uno de los personajes: “No se puede luchar contra el poder del amor”.

El viaje de Chihiro. Chihiro y Haku recuerdan como se conocieron.
Tanto Chihiro como Haku recuerdan por fin cómo se conocieron. Uno de los momentos más bellos de la película.

El personaje Sin Cara es tan curioso, como importante en la trama y la evolución de Chihiro. En realidad, apareció por casualidad cuando empezaron a recortar ‘El viaje de Chihiro’ por su excesiva duración, y vieron que era un personaje muy interesante. Al ser ayudado por Chihiro, él intenta hacerle regalos. Ella sólo acepta el que necesita, como las fichas para bañar al dios Pestilente. Después, rechaza el oro porque ella no lo necesita. En cambio, todo el personal de los baños empieza a aceptar esos regalos por pura avaricia. Esto hace que Sin Cara se transforme en otro ser, alimentado por la avaricia de los empleados, y su necesidad que le hagan caso. Sólo la generosidad de Chihiro al entregarle una parte del pastel que le dio el dios Pestilente, logrará que expulse esa corrupción de su interior.

La bruja Yubaba es la dueña de los baños, y aunque nos pueda parecer malvada, sólo hace lo que tiene que hacer. Acepta a que Chihiro trabaje para ella, aunque esté obligada a hacerlo si se lo piden. Puede parecer muy materialista, pero es generosa con quien hace bien el trabajo, siente un gran amor por su hijo, e incluso se alegra que Chihiro consiga su meta.

Yubaba and Chihiro in Spirited Away (Hayao Miyazaki)
La bruja Yubaba estará obligada a contratar a Chihiro para que trabaje en los baños.

Su hermana gemela, Zeniba, es bastante diferente. Se ve más amable y entrañable, pero también tiene su parte amenazante. Ambas, como bien dice Yubaba, son la mitad de un todo.

Los padres de Chihiro, aunque se les vea poco, son el detonante de la aventura de Chihiro. No les preocupa dejar sola a su hija en el coche sólo por ver que hay en el túnel, y tampoco parece que sean muy respetuosos con lo que les rodea. Sí que dicen que van a pagar lo que van a comer, pero en ningún momento han pedido permiso para comer esos platos, o plantearse si estaban a la venta. Son tan materialistas como poco educados.

‘El viaje de Chihiro’ tiene gran cantidad de personajes mágicos, y muchos de ellos serán parte del crecimiento personal de Chihiro. Y aunque sea un mundo mágico, no difiere del nuestro. Los baños es un reflejo de nuestra sociedad consumista, pero donde habitan espíritus y dioses basados en la mitología y tradición japonesa. 

Los padres de Chihiro se convirtieron en cerdos debido a su avaricia y su falta de respeto.

Miyazaki nos muestra que todo evoluciona, que hay que avanzar hacia nuestras metas con determinación y trabajo duro. Pero no por eso debemos olvidar quiénes somos, ni dejar de respetar lo que nos rodea, los valores, y la naturaleza. Son lecturas que se pueden hacer de esta película, como en todo su cine, pero no nos la mostrará con una escena final moralista. 

La magia de Hayao Miyazaki y del Studio Ghibli

La imaginería de Hayao Miyazaki no encontró límites en ‘El viaje de Chihiro’. Además de una historia preciosa llena de aventuras, lágrimas y risas, construyó un mundo increíble. Gran parte de los dioses, espíritus, demonios, y diferentes criaturas mágicas que iremos viendo, aunque estén inspirados en el folclore y mitología japonesa, proceden de la imaginación de Miyazaki.

El viaje de Chihiro’ es una maravilla en animación, diseño, e imaginación, y nos transmitirá todo tipo de sensaciones.

Se necesitaron más de 40 animadores para llevar a cabo esta maravillosa obra maestra. Un trabajo que duró 18 meses. Como siempre, el trabajo que hay detrás es asombroso. Tanto en planificación y dedicación, como un gran trabajo en equipo minucioso y detallista. Por poner un ejemplo, para preparar la escena en que Chihiro le da el pequeño pastel a Haku convertido en dragón, los animadores fueron a un veterinario para ver como le abría la boca a un perro. Magnífico.

La animación tradicional de ‘El viaje de Chihiro’ es excepcional, pero también hay un gran trabajo de animación digital. Gran parte está mezclada con la animación clásica para mejorar algunos aspectos, e incluso como parte de la narrativa visual. Por ejemplo, cuando Chihiro corre por el jardín, los personajes del Sin Cara y el dios Pestilente, o los reflejos que vemos en el agua, por decir algunos. Al igual que película, lo tradicional y lo moderno pueden funcionar muy bien juntos.

Como siempre, hay que destacar la banda sonora del grandioso Joe Hisaishi. Al igual que en otras ocasiones, Miyazaki le pasaba algunos storyboards, y algunas palabras o conceptos de la escena. Además de eso, Hisaishi le pidió a Miyazaki que escribiera poemas para cada una de esas escenas. Con eso, Hisaishi tenía suficiente para crear la maravillosa música de esta obra de arte. Sus temas consiguen evocar añoranza, melancolía, amor, calidez, festividad, pero también tensión o algún momento tétrico. Aquí os dejo algunos de sus maravillosos temas de la banda sonora, donde Hisashi nos hará sentir cada una de las situaciones que vemos, como el viaje en tren (The sixth Station), o las sensaciones por las que pasa Chihiro, el vuelo de Haku y Chichiro (Reprise). Y su tema principal, ‘One Summer‘, una delicia.

‘El viaje de Chihiro’ es maravillosa, magnífica y preciosa, pero nos deja un sensación de añoranza cuando acaba. Siempre querremos volver a ese mundo mágico, y nunca la olvidaremos.

‘El viaje de Chihiro’ ha sido la película japonesa más taquillera de la historia. Superada hace relativamente poco por ‘Kimetsu no Yaiba: El Tren Infinito’ (Haruo Sotozaki, 2020), rompiendo records ya que se estrenó hace pocos meses. Y no podemos olvidar que es la única película de animación que ha ganado el Oso de Oro de Berlín a mejor película

Conclusión

Para mí es una película especial, más allá de ser una obra maestra. Junto ‘La princesa Mononoke’ y ‘Nausicaä del Valle del Viento’, están entre mis favoritas de Hayao Miyazaki. Una obra maestra de aventuras que te hará soñar y maravillarte, y con la que te emocionarás y disfrutarás de principio a fin. 

Una vez que terminas ‘El viaje de Chihiro’ no podrás olvidar a sus maravillosos y entrañables personajes, empezando con la pequeña Chihiro, y a los amigos que dejará atrás como Haku, Sin Cara, Yubaba, e incluso con el “pequeño” Bo. Y todo acompañado por la fascinante música de Joe Hisaishi. Una película que llega hasta tu corazón, y que su recuerdo perdura para siempre.

Lo único que me queda por decir es: “Domo arigato gozaimasu, Miyazaki Sensei”.

Ficha técnica

  • Título original: Sen to Chihiro no kamikakushi
  • Año: 2001
  • Duración: 124 min.
  • País: Japón
  • Director: Hayao Miyazaki
  • Guión: Hayao Miyazaki
  • Reparto: Rumi Iiragi, Miyu Irino, Mari Natsuki
  • Música: Joe Hisaishi
  • Fotografía: Animación

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