
The Wicker Man (1973), de Robin Hardy
El «Folk Horror» es un subgénero de terror que está caracterizado por sus referencias a cualquier tipo de tradición pagana, la mayoría de las veces, en el folclore europeo. Pero al final se extendió a cualquier territorio. También se han basado en diferentes religiones, ya sea cristianismo, budismo, satanismo, o cualquier otra secta. Películas como ‘The Witch‘ (Robert Eggers, 2015), ‘The apostle‘ (Gareth Evans, 2018,) o la reciente ‘Midsommar‘ (Ari Laster, 2019), son los últimos ejemplos. Pero ‘The Wicker man‘, sin ser la primera de este género, sí que sería de sus referentes.
Summerisle, el día de la cosecha se acerca
«Tras leer una carta anónima que da a entender el asesinato de una joven desaparecida, el sargento Howie (Edward Woodward), de Scotland Yard, ha de viajar hasta Summerisle, una isla remota que se encuentra en la costa norte de Inglaterra. Una vez allí, el inspector conoce al líder religioso, Lord Summerisle (Christopher Lee), y cuando comienza con su investigación descubre que en la isla están preparando un extraño rito pagano.»
El guionista Anthony Shaffer (‘Frenesí‘, ‘La huella‘) ya tenía experiencia en traernos un cine de suspense que transmitía incomodidad, o recelo, a través de sus personajes. En ‘The Wicker Man‘ quiso, según sus propias palabras, hacer un terror algo más «culto», evitando violencia y gore, convirtiendo esta película más cercana al cine policíaco y suspense. El director Robin Hardy transmitió ese terror a la pantalla a través de la sensación de aislamiento y paranoia que sufre el sargento Howie durante toda la cinta. Algo que irá en gran aumento.

Nada más llegar Howie a la isla, ya nos muestran unos isleños bastante peculiares. El propio sargento se dará cuenta que no va a recibir cooperación de nadie para encontrar a la niña desaparecida. Esto es sólo el principio de lo que sentirá el protagonista, y lo que hará que nosotros sintamos una inquietud que irá aumentando.
La película tiene un buen ritmo. Vamos viendo esas situaciones extrañas poco a poco, y cada vez más estrambóticas. Empieza con cosas simples, como las típicas miradas que se dan a un extranjero, o incluso otras pueden parecer divertidas o curiosas, como las canciones picantes del bar (la música está muy presente durante toda la película) o el sensual baile de Willow (Britt Ekland) para seducir al policía. Pero después hay cosas como el humor y enseñanzas que reciben las niñas en el colegio, el sexo practicado sin tapujos al aire libre, o una escena muy muy extraña en el cementerio del pueblo, que ya empiezan a descolocarte.

A medida que se acerca la festividad de la cosecha, como si fuera una cuenta atrás para encontrar a la niña, se irán viendo comportamientos y situaciones más extrañas e inquietantes.
The Wicker Man: El dios, el rey, el tonto y la pureza
Edward Woodward intepreta a un policía recto, serio y ferviente cristiano. Esto último es algo que nos recalcan bastante para entender por lo que va pasando. Veremos como todos confabulan para romper esa fe. El más claro, el intento de seducción por parte de Willow, y como la gente canta y baila obscenamente, para animarles. Su lucha no será sólo contra esas personas tan peculiares, para él será algo espiritual, como es defender esa moral cristiana que él mismo se ha puesto. El trabajo de Woodward en todas sus escenas, redondo. Por cierto, Woodward aparece en la película ‘Arma Fatal‘ (‘Hot Fuzz‘; Edgar Wright, 2007), que tiene muchos homenajes a ‘The Wicker Man’.

Y como no, al gran Christopher Lee como el líder y autoridad absoluta de la isla, Lord Summerisle. Lo de Lord le viene como anillo al dedo, desde luego. Un papel que el propio actor estaba muy orgulloso. Se implicó tanto, sobre todo era para quitarse la sombra alargada de Drácula, que lo hizo gratis. Aunque soy más de sus papeles de la Hammer y de Saruman, tiene algunos momentos clave muy buenos.

Todas las demás actuaciones están más que correctas. Y aunque cada uno tiene su propio rol, cada uno de los habitantes de la isla tiene en común las mismas rarezas, locura y adoración, a esa religión suya.
Bailes, adoración y otros rituales
Las localizaciones (se rodó en 25 lugares diferentes), junto a esos rituales, ayudaron mucho para mostrarnos una isla alejada no sólo físicamente de las grandes ciudades, sino también fuera de lo habitual y del avance tecnológico (el de aquella época claro). Además tiene una fotografía muy cuidada y que costó horrores siendo casi siempre de día. La escena final, que el sol da directamente a la cámara y que al mismo tiempo realza un elemento importante, es un cierre brutal.

La película se basó en un grabado del mismo nombre de 1676. La gran mayoría de los ritos que mostraba, eran sacrificios humanos. Muchos de los rituales que vemos en la película, son costumbres reales de tierras escocesas e inglesas. Hay una de una mujer dando el pecho al bebé y con un huevo en la mano, es un ritual de fertilidad. O por ejemplo. la canción final es el canto del regreso de la primavera. Hay de muy curiosas desde luego, que van desde lo más o menos normal, hasta lo perturbador.
El propio guionista quería hacer una secuela que transcurriera 15 años después y añadiendo una especie de lucha tanto espiritual, y mágica, contra los dioses paganos. Incluso con dragones volando por el medio… desde luego, bastante estrambótico todo. Aunque sí hay una secuela dirigida por el propio Hardy, ‘The Wicker Tree‘ (2003). Por lo que sé, pasó sin pena ni gloria.

Y no puedo olvidar del remake de ‘The Wicker Man‘ (Neil LaBute, 2006) protagonizada por Nicolas Cage. Que no aportaba nada y perdía mucha esencia de la historia original. Pero la forma en que acaba Cage, junto a su interpretación sobreactuada al nivel dios multiplicado por mil (está incluido en «Grandes momentos de Nicolas»), es bastante bruta. Así que podéis ver esos últimos minutos simplemente.
Conclusión
El aislamiento, que parezca que a todos les de igual la vida de una niña, la falta de moralidad y el misterio de la isla y la secta, van aumento, junto al suspense y tensión, a un ritmo genial. La trama muy bien atada y pensada, con buenos giros y un final brutal.
Eso sí, ‘The Wicker Man’ es hija de su tiempo, por lo tanto hay que verla en perspectiva de su época y, sobre todo, desde el punto de vista del protagonista. Si no consigues eso, la película no te parecerá gran cosa.
Ficha técnica
- Título original: The Wicker Man
- Año: 1973
- Duración: 85 min.
- País: Reino Unido
- Director: Robin Hardy
- Guión: Anthony Shaffer
- Reparto: Edward Woodward, Christopher Lee, Britt Ekland, Leslie Mackie, Diane Cilento
- Música: Paul Giovanni
- Fotografía: Harry Waxman