
Midsommar (2019), de Ari Aster
Otra vez se ha vuelto a lo mismo. La discusiones sobre qué es el cine de terror vuelve a estar a la orden del día con ‘Midsommar‘. Algo que ocurrió también con el anterior trabajo de Ari Aster, ‘Hereditary‘ (2018) o en ‘The Witch‘ (2015) de Robert Eggers. En esta reseña sólo os dejaré mis impresiones, lo que me ha transmitido y lo que he visto (sin spoilers), porque si algo tiene la película, es que a cada espectador le deja una sensación diferente.
‘Midsommar’, donde el sol y la incomodidad no descansa
«Una pareja estadounidense que no está pasando por su mejor momento acude con unos amigos al Midsommar, un festival de verano que se celebra cada 90 años en una aldea remota de Suecia. Lo que comienza como unas vacaciones de ensueño en un lugar en el que el sol no se pone nunca, poco a poco se convierte en una oscura pesadilla cuando los misteriosos aldeanos les invitan a participar en sus pertubadoras actividades festivas.»

Ari Aster con ‘Midsommar‘ se mete esta vez de lleno en el subgénero folk horror, muy cercano al de ‘The Wicker Man‘ (Robin Hardy, 1973), con esos ritos extraños y personajes pintorescos al aire libre, y sin dudarlo a ponerlo a plena luz del día. Pero más allá de lo obvio, también posee algunos elementos del slasher, o de ese cine de terror donde los jóvenes protagonistas van a un lugar alejado y desconocido al que nadie llama «matadero de adolescentes y universitarios». Incluso podemos ver los roles habituales del género.
Aquí evita los jump scare más típicos en ese género, para provocarte otro tipo de sensación, como es el nerviosismo e incomodidad que, a fuego lento, va en aumento junto a la tensión. Eso sí, esto no es impedimento para que nos muestre escenas violentas o sangrientas. Ya nada más empezar, nos enseña una de las escenas más turbadoras y macabras que he visto en bastante tiempo.
Después, ya tenemos un ambiente inquietantemente hermoso, donde hace que cuando aparezcan los golpes de terror, sean tan efectivos. ‘Midsommar’ es una película que tienes que ir digiriéndola poco a poco. Algo que el propio ritmo de la película te lo permite, aunque a veces puedes notar excesivos esos momentos. Pero tanto el ritmo, como todo lo que nos enseña, es parte de la narrativa para entrar en esa comunidad tan desconocida. Una vez que la película ha terminado, todavía la estás digiriendo.

Otra parte de la tensión son aquellas situaciones que ignoran los protagonistas y que nosotros sabemos, creando sensaciones que pueden ser hasta repulsivas. Lo malo, es que esas semillas y detalles que nos ha ido dejando para prepararnos, se gira en contra de ‘Midsommar’. A veces deja poco a la imaginación, o la sorpresa, de lo que ocurrirá en algunos momentos. Es sólo un pequeño «pero», porque una parte de la película, se basa en como lo viven los personajes y lo que nos transmiten.
El precio de la soledad
Aster, como ya hizo en ‘Hereditary‘, se ha preocupado en explicarnos bien las relaciones personales entre los protagonistas y el papel que jugará cada uno de ellos. Todos los personajes son muy diferentes, pero hay algo que les une, la soledad. Dependencias emocionales, búsqueda de aprobación del grupo, aparentar lo que no sientes…, todo lo que hacen es para no sentirse solos. Precisamente por eso parecen más abiertos a integrarse, envidiar o aceptar de alguna manera esa comunidad y sus ritos, hasta los más escabrosos.

La protagonista absoluta es Dani, interpretada por Florence Pugh (‘Malevolent‘, ‘La Chica del Tambor‘), que con este papel ya puedo decir que es una actriz que es para tener muy en cuenta. Florence está a la altura en todos los mejores momentos de ‘Midsommar‘, porque sin ella, no funcionaría gran parte del terror de esta película. Ese inicio brutal que os he comentado, y la relación con su pareja, es muy importante para entender a la protagonista en su desarrollo. El dolor y daño emocional que arrastra Dani, también crea ese conflicto con la extraña felicidad que muestra la comunidad.

Los demás están más que correctos en sus papeles, tanto el grupo de amigos, como los habitantes de la comunidad, que dan un mal rollo importante. Quizá el que menos me gustó es el que hace de novio de Dani, Christian (Jack Reynor). No sé si el personaje es así de soso (aunque dé rabia en algunos momentos) o el actor no da más de sí. Además, le veo como una copia física de Hacendado de Chris Pratt. Eso no quiere decir que su personaje esté por estar.
Midsommar, un hermoso lienzo pesadillesco
Todo lo ritos que vemos a lo largo de la película están basado en rituales escandinavos o vikingos, algunos se siguen practicando y otros, bueno… digamos que son de una época más oscura. Con toda esta base, Ari Aster ha creado una mitología propia e increíble para esta película. Haciendo que, al verla e ir descubriéndola, te mantenga intrigado para saber más sobre ella.

Todo esto acompañado de una fotografía hermosísima a cargo de Pawel Pogorzelski. Ya no sólo porque sea de día siempre, el uso de unos bonitos colores claros o el ambiente floral, sino los movimientos de cámara, y la composición de los planos, es un trabajo increíble. En un ambiente rural donde prevalece la naturaleza, que es algo incontrolable, es otro de los contrastes que llama la atención. Las construcciones creadas por esta secta, tan extrañamente simétricas, no se ven en ningún momento forzadas, sino que están perfectamente en harmonía con el entorno. Todo para maravillarnos e inquietarnos. Brutal.

La música y el sonido también juega un papel muy especial, como suele ocurrir en este género. Las canciones de los ritos y bailes pueden parecernos alegres, pero también hay algunos temas nos suenan extraños, así como sonidos irritantes o estridentes que llegan a molestar. Para después, meterte un silencio absoluto o escuchar gritos… espeluznante.
Conclusión
Se dice mucho pero es que es así, ‘Midsommar‘ es una película que no deja indiferente a nadie, sobre todo si hablamos de las sensaciones que transmite. Bellísima, incómoda y grotesca, serían las que podrían compartir casi cualquiera que la haya visto. Ari Aster tiene un talento increíble, y su segunda película es una maravilla digna de estudio. También resaltar el trabajo de la actriz Florence Pugh, está brutal.
Eso sí, puede ser que no guste a modo personal si buscabas un terror más físico o sobrenatural, aquí encontramos uno más emocional y terrenal. Aunque puedas ver un ritmo lento, si has conseguido entrar en la película, te darás cuenta que es el adecuado. Además, es una película que cuando la digieres o charlas sobre ella, descubres que está llena de detalles. Merece verla y sacar tus conclusiones. Y desde luego si te ha gustado, fijo que querrás volver a verla.
Ficha técnica
- Título original: Midsommar
- Año: 2019
- Duración: 145 min.
- País: EEUU
- Director: Ari Aster
- Guión: Ari Aster
- Reparto: Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, William Jackson Harper
- Música: Bobby Krlic
- Fotografía: Pawel Pogorzelski